Las emociones entre los 3 y 4.5 años van tomando forma en la mente del niño. El cerebro emocional ya ha ido madurando y el lenguaje verbal del niño suele ser más amplio. Las pataletas aún se presentan, pero se van extinguiendo cada vez más.
En la condición de autismo, es probable que ahora es que estés recibiendo un diagnóstico. Es usual que el diagnóstico llegue entre los 2.5 a 4 años. Esto se debe a que muchos de los elementos de diagnóstico de autismo se entrelazan con los hitos madurativos de las primeras edades. Sólo cuando pasa el tiempo y el niño no ha avanzado en sus niveles de pensamiento es que se puede diagnosticar la condición de autismo.
Si acabas de recibir el diagnóstico de tu hijo/a, te invitó a la calma. Puede que en este momento tu hijo tenga retraso del desarrollo. Si ese es el caso te será más útil leer el material para las edades entre 1.5 a 3 años. Sin embargo, te comparto, que luego de 2 años de apoyo a Cecilia, ella dio un salto en su desarrollo y se equiparo en casi todas las áreas con su edad cronológica. Recuerda siempre: Diagnóstico no es pronóstico. Mantente optimista que tu hijo/a saldrá adelante con tu amor y tu apoyo.
Al igual que hice en el artículo anterior, comenzaré dando la referencia del desarrollo emocional en niños neurotípicos para luego enfocarme en el autismo. Usa este artículo, en caso de que el desarrollo cognitivo de tu hijo sea equivalente a un niño entre 3 y 4.5 años.
Emociones entre los 3 a 4.5 años (Niños neurotípicos)
En esta etapa las ideas, las emociones y el cuerpo logran diferenciarse a nivel conceptual. El niño que ya habla fluidamente puede usar su lógica para entender mejor lo que él o ella experimenta y lo que los otros expresan. Por ello, la autorregulación se vuelve más fácil.
Los padres debemos ser cuidadosos de no volver la autorregulación un tema de censura. En general, nosotros fuimos educados en un esquema en el que mostrar las emociones no era bien visto. Por ello, en Nativos Esenciales mostramos las emociones cómo lo que son, una parte natural e integral de nuestra biología. Nuestra labor de padres y cuidadores es apoyar a los niños a reconocer las emociones, aceptarlas para luego accionar asertivamente.
Debemos recordar que conceptualmente separamos los pensamientos, el cuerpo y las emociones para entenderlas mejor. Sin embargo, todos estos elementos interactúan al mismo tiempo cuando experimentamos la emoción.
Es importante verbalizar la palabra relacionada a la emoción para que el niño gane vocabulario emocional. Luego, de acuerdo con su nivel de pensamiento actual, preguntarle por la lógica de lo que siente. Esto le apoyará a organizar sus ideas. Por último, también es bueno señalarle a los niños en que parte del cuerpo están sintiendo la emoción. Esta práctica les ayudará cuando crezcan a reconocer y verbalizar lo que sienten, promoviendo así su bienestar.
Emociones en el autismo (edad 3 a 4.5 años)
Procesando el diagnóstico de Autismo como padres y madres
Es común que entre las edades de 3 a 4.5 años, los padres estén consiguiendo el diagnóstico de autismo del niño. Por lo que normalmente podrían sentirse perdidos y expresar esa confusión a sus hijos en el espectro autista.
Normalmente los niños en el espectro son muy sensibles a las otras personas. Ellos no lo expresen de manera típica, pero la situación de estrés en la casa suele exacerbar la emocionalidad del niño. Si estás viviendo esto en casa, el foco debe ser primero en ti como padre o madre. Si tú te calmas, respiras y buscas incluir actividades que bajen el estrés, los niños autistas suelen calmarse también.
Es normal que en esta primera etapa compares constantemente a tu hijo autista con otros niños neurotípicos. Como padre o madre estás tratando de entender el diagnóstico y cómo apoyar a tu hijo. Poco a poco, y con un esfuerzo consiente, comenzarás a enfocarte en las potencialidades y emociones de tu hijo autista y la calma volverá a la casa.
Si tu hijo autista es no verbal, es probable que aún sigas experimentando muchos berrinches. Fue de hecho nuestro caso con Cecilia. Sin embargo, con un trabajo diario uno va notando la maduración del cerebro y las emociones, a pesar de que aún no llegue el lenguaje.
El juego empático como base de la autorregulación emocional
El juego y acompañamiento empático van dando las bases para aceptar la emocionalidad tal y cómo se presenta. A través del juego ayudamos al niño a aprender. También podemos ayudarlo a verbalizar la emoción y luego indagar en el por qué la siente. Al aplicar esta manera de jugar le permitimos al niño hacer las emociones más tangibles y asignarle lógica a lo que experimenta. Luego de aceptar la emocionalidad, tal y como se presenta, conviene guiar al niño a que decisión tomará o que dirá después.
Con paciencia y práctica se van construyendo decisiones y frases asertivas. Esta habilidad permite aceptar la emocionalidad sin censuras y sin daños, promoviendo el bienestar y la comunicación asertiva.
Mi recurso favorito en esta etapa es el Monstruo de Colores, del cual te hablaré más adelante en este artículo. También, esta es la etapa ideal para comenzar a hacer actividades de mindfulness juntos. Hay muchas manualidades que pueden hacer juntos que son divertidas y pueden sumar en este sentido.
¿Cómo trabajamos las emociones con Cecilia?
Acá te explico como trabajamos las emociones con Cecilia cuando ella llegó a la edad madurativa que refiero en este artículo. Dado que ella se desarrolló más lento, esta experiencia equivale a la edad cronológica de 4 años y medio. En la sección de emociones de niños entre 1.5 a 3 años, explicó más en detalle cómo lo hicimos cuando ella tenía 4 años y aún no lograba verbalizar.
Siendo muy franca, yo no esperé a que ella fuera perfectamente verbal para comenzar a introducir elementos de pensamiento lógico. Me bastaba con que pudiera usar una palabra relacionada con la emoción que sentía. Si tuvimos el reto de que en la casa se habla sólo español, pero en la calle y en el Kindergarten hablan alemán y algo de inglés. Así que tenía que exponerla a poder expresarse en al menos 2 idiomas (español y alemán), idealmente los 3 (inglés, alemán y español).
Para manejar este reto comencé una práctica que me ha servido con Samu también. Básicamente cuando lograba que ella repitiera la palabra en español, yo le decía “auf Deutsch” y repetía el concepto en alemán y lo mismo hacía en inglés. Así, aunque Cecilia no repitiera la palabra en los otros idiomas comenzó a asociar el concepto emocional en otras lenguas.
En esta etapa me apoyé mucho en el movimiento, en libros, en imágenes y pictogramas, así como en peluches. Dada la pasión de Cecilia por pintar y hacer manualidades, aproveche ese recurso para poder relajarnos e incorporar varios elementos emocionales y de mindfulness. Hay varios juegos hermosos en alemán, así como muchos libros fantásticos en español que se enfocan en acompañar las emociones de manera gráfica y que use para poder construir los conceptos poco a poco.
Verbalización de las emociones justo cuando ocurren
Al principio me enfocaba en verbalizar las emociones en el parque (emociones entre 1.5 a 3 años). Cuando logré que pudiera verbalizar, aunque fuera sólo la palabra relativa a la emoción, comencé a ampliar las frases con el porque. Por ejemplo, si lograba escalar una nueva escalera le decía: “Yo estoy orgullosa de mí, porque logré subir la escalera”. Si, por el contrario, lloraba y se molestaba porque le negaba un helado le decía: “Yo estoy frustrada, porque mi mama me dijo que no”.
La intención de verbalizar las emociones por ellos es promover la ecolalia. La ecolalia es una característica de cómo aprenden lenguaje los niños autistas en la que repiten las frases de manera mecánica. Si quieres saber más de la ecolalia y como usarla a tu favor, te invitó a leer los artículos dedicados a la comunicación.
Claro está, aquí yo interpretaba lo que yo observaba.
Pictogramas que apoyan en el autismo
Como mencioné, en esta etapa madurativa los niños pueden comenzar a discriminar entre sus pensamientos, su cuerpo y verbalizar la emoción que sienten. Muy pronto estaré colocando pictogramas originales de Autismo Creativo. En ellos podrás visualizar dicha dinámica en 6 emociones:
- Alegría
- Tristeza
- Rabia o Ira
- Miedo
- Calma
- Ternura
En dichos pictogramas podrás ver:
- Ejemplos de pensamientos que tienes al experimentar esa emoción
- El nombre de la emoción y su pictograma asociado
- Una indicación en colores de donde se siente esa emoción en el cuerpo.
Reflexiones de madre azul para otras madres y padres azules.
La etapa justo después del diagnóstico es la más difícil y pesada. Te encontrarás comparando a tu hijo o hija constantemente tratando de entender que falta. En términos emocionales, puede que aún sea no verbal y la dinámica familiar sea estresante. Pero poco a poco las aguas vuelven a su cauce. Si tomas esta experiencia y reto de crianza cómo una oportunidad, podrás crecer y conocerte a ti mismo. Al tener que apoyar a los niños en su emocionalidad, aprendemos mucho de la nuestra y puede terminar siendo una bendición.
Es importante incluir tiempo de terapia sicológica para nosotros. Esa inversión nos dará elementos para poder apoyar a los niños mejor y para vivir esta experiencia de una manera consiente.
Hay 2 frases que me ayudaron mucho a mantenerme enfocada y lo más positiva posible:
Diagnóstico no es pronóstico
Un diagnóstico nos da las bases para poder investigar como apoyar a nuestros hijos. Quizás hasta tengamos la suerte de que el seguro pague varias terapias. Esa etiqueta de autismo nos llevará a leer y encontrar material que podremos integrar en el desarrollo de nuestro hijo o hija. Pero hasta allí. Las etiquetas son para los productos y temas, no para las personas.
Diagnóstico no es pronóstico es una frase potente y que conviene repetirnos cuando sintamos frustración. Si, a veces los avances son lentos, muy lentos. Cuando no hablan, te preguntas día y noche si algún día tendrás una conversación con tu hijo o hija autista. El nivel de tu esfuerzo muchas veces no se corresponde con el nivel de resultados en su desarrollo. Y surge la duda, el temor de si se desarrollará. Pero llega un día donde todos esos esfuerzos se alinean y surgen los resultados de una forma diferente a la que esperabas, pero surgen.
Más que sobre preocuparse acerca del futuro, conviene disfrutar el proceso. Especialmente si organizas los apoyos alineados a tus hobbies y gustos. Si encuentras ese punto intermedio entre tu hijo/a y tú, podrás desarrollar con creatividad muchas actividades que disfrutaran y apoyaran su desarrollo. Un día te sentaras y verás todo lo que avanzó y podrás entender con mejor profundidad la frase Diagnóstico no es pronóstico.
Apunta a la luna porque si fallas llegaras a las estrellas
Cuando recibimos el diagnóstico se pierde la certeza. Si bien nadie conoce el futuro, tenemos lo que en estadística llaman un valor esperado. En general tienes una idea de cómo fluirán las cosas en el futuro. Sin embargo, al recibir un diagnóstico de autismo, cuando tu hijo está retrasado en su desarrollo se pierde esa expectativa. Comienzas a caminar de la mano de la incertidumbre y comienzas a invertir esfuerzo que no sabes si tendrá sentido. Allí repítete una y otra vez: “Apunta a la luna, porque si fallas llegaras a las estrellas”.
Cecilia era extremadamente musical cuando tenía 3 años. Hacia las melodías constantemente y notábamos su ritmo al bailar. Una amiga me comentó que conocía una profesora de piano que tenía experiencia enseñando niños autistas. Emocionada, llamé y la inscribí. Pronto mi cabeza comenzó a imaginarse a Cecilia tocando piano a los 4 años como si fuera Mozart. Adivina que. Cecilia tiene 6 años y sigue en las clases de piano, pero aún toca sólo con una mano, muy lejos de ser Mozart.
Sin embargo, el ritmo y la musicalidad nos ayudaron a desarrollarle el lenguaje. La capacidad de separar en sílabas mejoró su pronunciación. El nivel de concentración que logró desarrollar en las clases la preparó mejor para el colegio. Así que no es Mozart, pero si la ayudó.
Desarrollarse de otra manera puede tener grandes ventajas
Cierro este artículo compartiéndote la experiencia de Einstein. Pocos los saben, pero él comenzó a hablar a los 9 años. Su desarrollo tan lento, fue el que le permitió entender el tiempo de una manera que otros humanos no lo habían hecho. Resulto que ese comienzo excesivamente lento, sentó las bases para que pudiera desarrollar la famosa teoría de la relatividad.
Así que querido padre azul, querida madre azul. Se por carne propia que no es fácil ni simple, pero apunta a la luna porque si fallas llegaras a las estrellas. El exactamente donde, déjate sorprender por tu hijo/a autista.
Te invitó a seguir explorando nuestro material de emociones entre los 4 y 6 años de edad.
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