Comienzo este post invitándote a un juego. Cuenta durante el día de hoy cuantas veces le preguntas a la gente que te encuentras en la calle ¿Cómo estás? Ahora has lo mismo, pero contigo mismo. ¿Cuántas veces te preguntaste cómo estás tu hoy?
Es probable que hayas preguntado unas 20 veces ¿cómo estás? el día de hoy. Por el contrario, nunca te paraste hoy a preguntarte a ti mismo ¿cómo estoy?
¿Por qué preguntarse cómo estoy?
Desde chiquitos nos enseñaron que es de buena educación saludar y preguntar ¿cómo estás? Vamos por allí preguntándoselo a todo el mundo, pero nunca nos lo preguntamos a nosotras mismas. ¿Irónico no?
Saber como estamos es la base del autoconocimiento, por ello es una pregunta crítica que todo humano debería hacerse de forma diaria.
¿Por qué preguntarse cómo estoy en condición de autismo?
Para cualquier ser humano saber como está es información valiosa. Para una persona autista, es oro. La mente autista pierde mucha energía tratando de navegar la escena social. Sintiendo incomodidad por estímulos del ambiente. Y van agotándose física y mentalmente sin preguntarse ¿cómo estoy?
En general yo sugiero que nos preguntemos al menos 5 veces en el transcurso del día ¿cómo estoy? Esta pregunta hace una pausa en nuestro día y nos invita a una pequeña reflexión de un minuto. En esa pequeña pausa, una persona autista puede darse cuenta que la conversación la está drenando. Puede pedir disculpas y tomarse una pausa en el baño.
Está pregunta nos lleva a estar en el centro de nuestro circulo de compasión. Es la puerta que abre nuestra capacidad de auto empatía y autocompasión. Cuando te hagas la pregunta ¿cómo estoy?, te invitó a ir a más detalle y hacerte 3 preguntas específicas:
¿Cómo está mi nivel de energía ahorita? – Mi cuerpo
En esta pregunta estás buscando entender que tanta energía tienes en este momento. Con ello puedes identificar si necesitas una pausa, o puedes continuar. La mejor manera de responder esta pregunta es con elementos gráficos. Imagínate 4 imágenes de baterías. Una batería esta vacía, la otra con un nivel, la otra con 2 y la última esta llena. ¿Con cual de esas figuras te relacionas ahorita?
¿Cómo están mis pensamientos? – Mi mente.
Aquí es bueno que prestes atención a como se vería tu mente si la pintaras ahorita:
- Como un océano calmo, con olas suaves
- Como una tormenta con barcos hundiese
- Como un sitio lleno de monstruos abominables
- Como un salón de baile de vals
- Como una pradera tranquila llena de flores
- Como un infierno con todo ardiendo alrededor tuyo
- Como una carrera de fórmula 1
- Describe la tuya……
¿Qué imagen te viene a la mente? Lo importante es darnos cuenta. A veces nuestra mente comienza a disparar pensamiento tras pensamiento y perdemos control de ella. No paramos a preguntarnos cómo están mis pensamientos y cuando nos damos en cuenta estamos drenados. Pero si mi mente se veía como un infierno con todo quemándose, ¿porque no pare antes? Normalmente pasa porque no me lo pregunte con anticipación. La manera de auto cuidarnos es revisar estos indicadores durante el día y accionar si vemos que vamos por mal camino
¿Cómo está mi emocionalidad? – Mi corazón
Está pregunta básicamente es lo mismo a ¿qué siento ahorita? Es una pregunta que debería ser fácil de responder. Debería de hecho ser MUY fácil de responder. PERO es una de las más difíciles. Nuestra sociedad le ha dado mucho peso a la enseñanza académica, pero ha dejado de lado la educación emocional. Mientras tenemos vocabularios de tesis académicas, cuando vamos a vocabulario emocional muchas veces es muy pobre. Esa pobreza de vocabulario emocional nos deja con las mismas herramientas de un niño de 5 años.
Lo mejor es desarrollar vocabulario emocional amplio. Los libros de la editorial palabras aladas son fantástico para ello. En particular el libro emocionario te permite profundizar en los matices de la emocionalidad para ser más asertivos.
Decimos que sentimos emociones, porque literalmente se sienten en el cuerpo físicamente. Las emociones no son un concepto abstracto cómo solemos pensar. Son muy reales y tangibles y puedes nombrarlas mejor, en la medida que observes tu cuerpo. Pronto estaremos publicando pictogramas de las emociones en el cuerpo para que puedas reconocerlas mejor.
La triada de mente, cuerpo y emoción.
La mente, el cuerpo y la emoción son una triada que nos hace ser quienes somos. Ellas forman parte de una sola unidad: nosotros. Ellas interactúan las unas con las otras. Nosotros las separamos en elementos para entenderlas mejor, pero recordemos que son de una u otra forma lo mismo.
No se puede experimentar felicidad en un cuerpo que está exhausto y la mente como si fuera un infierno. No se puede experimentar miedo en una mente que está calmada y un cuerpo que tiene energía en este momento. Estos 3 elementos tienen congruencia entre ellos mismo y por eso conviene prestarle atención a cualquiera de las señales que nos quieran enviar. También debemos entender que los elementos fluyen durante el día, por lo que conviene revisarlo con cierta frecuencia.
Según lo que aprendemos de la triada, al preguntarnos ¿cómo estoy ahorita?, debemos ir adaptando nuestras actividades. Después de entender esa triada, conviene ajustar lo que estamos haciendo ahorita y lo que nos queda del día. Tomar decisiones de auto-cuidado, tomar pausas y balancear la agenda son críticos para vivir en bienestar. Puedes repetir este mantra de bienestar mientras lo haces:
“Yo me amo, yo me cuido, por eso me respeto y realineo”
Reflexiones de madre azul para otras madres y padres azules.
Como pa-madres azules nos tocó una crianza atípica. Tu hijo o hija está en el espectro autista y eso no va a cambiarlo nada. Ahora bien, tu tienes mucho campo de acción de como vives esta experiencia. Una experiencia que se vive día a día. Que se camina un pasito a la vez, un día a la vez. Preguntarte a ti mismo/a todos los días cómo estas es la base para recorrer el camino en bienestar.
No te estoy diciendo que tienes que estar todos los días bien. Te estoy pidiendo que te preguntes todos los días cómo estás y que tu respuesta a ti misma sea genuina. Se vale estar cansados, se vale estar pesimistas. Pero sólo podrás tomar acciones sobre eso en el momento que te lo preguntes todos los días y en que te respondas sinceramente.
Papa azul, eres valioso. Mama azul eres muy valiosa. En la medida que estén bien, el desarrollo de nuestros peques va avanzando. Para estar bien, primero hay que preguntarse y ser genuinos en la respuesta. Una vez que sepas cómo estas, podrás accionar para vivir el día en bienestar.
Abrazos y bendiciones.
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